LA CIUTAT INTERIOR d’Abel DÁVILA SABINA

TELÉMACO

                                                                                               A Eloy Yagüe, in memoriam

 

 Yo  soy Telémaco y acepto la llamada 

 Voy hacia donde mi padre se encuentre

Ya no es cuerpo, ni huesos, ni ceniza

Mi padre  es un olivo, un ciprés ,  un álamo

Un naranjo florecido rodeado de abejas rumorosas

Mi padre no es de este mundo

Pero está en mí y yo soy de este mundo

Yo lo cargué en brazos y lo senté en mis rodillas

Yo lo alimenté  con leche y miel

Y me negué a darle la flor del olvido

Mi padre está en mis venas , en mi aire , en mis lágrimas

Y en  los dobleces de mi piel

Mi padre  tiene mis ojos y yo tengo su aliento

 Mi padre tiene mis manos  y yo tengo su tibieza

Mi padre es frío como ola congelada

Pero en sus pupilas florece el fuego sagrado  de los héroes

Debo decir  que mi padre nunca existió

Que  yo voy a crearlo, procrearlo, recrearlo

Que  voy a dibujarlo con trazos de luz ensimismada

Mi padre y yo mientras más nos alejamos más nos acercamos

Cuando estamos tan lejos de la muerte 

Entonces solo entonces seremos uno